Silvia Adela Kohan, filóloga especialista en técnicas narrativas, para The Silver Bunch. Por Amaia Valdemoros.
A.V. Comenzamos en este presente, con la Silvia que eres hoy y el espacio y tiempo que te rodea. ¿Qué ha cambiado en tu interior a lo largo de los años? ¿Qué modificaciones ha experimentado tu entorno o tu percepción sobre él?
S.A.K. Yo creo que acepto los cambios desde que nací. De hecho, nací por los pies y ese es el argumento que uso para explicar que siempre he ido en sentido contrario a lo que se esperaba de mí. Vivo lo imaginario como algo más real que la realidad. Así que mi entorno y mi percepción sobre lo que me rodea se ha ido perfilando a medida que me daba cuenta de que algunas cosas no eran como se decía que eran. La vida es un permanente darse cuenta. He ido perdiendo miedos (no todos). Aprendí que la realidad se burlaba de mis conjeturas. Aprendí a sumar en lugar de restar. La escritura me ha permitido el diálogo conmigo misma y me ha llevado a un estado de serenidad que no tenía antes. Para mí, la serenidad es un ingrediente esencial de la felicidad.
A.V. Ahora, con tu permiso, vamos a viajar atrás en el tiempo. Queremos hacer una visita a Silvia. A esa Silvia que se iniciaba en palabras y lenguajes literarios, al inicio de su historia de amor con la narrativa. ¿Qué le diría la Silvia de hoy?
S.A.K. Que haga el máximo esfuerzo por recordar a esa Silvia porque además de mostrarle cómo se perfiló su voz propia, contiene los datos para saber por qué hizo lo que hizo y darse más permiso…
A.V. Es el momento perfecto para volver del pasado y asomarnos a ese futuro que tocamos con las puntas de los dedos. Entornos virtuales, inteligencia artificial…Lenguajes nuevos para una sociedad nueva. ¿Con qué mirada recibes tantos cambios? ¿Eres curiosa en cuanto a las nuevas tecnologías?
S.A.K. Suelo adaptarme a casi todo tipo de innovaciones, considero que es una manera de mantener el espíritu joven. Recibo los actuales con naturalidad. Tuve la necesidad urgente de aprender a usar el ordenador en sus inicios, cuando la editorial Salvat me encargó 60 fascículos en un año sobre un tema que aquí no existía y yo traía el método desarrollado en la Universidad de Buenos Aires con el grupo Grafein. Comprendí que esa nueva herramienta me facilitaría la tarea y me quedé unas cuantas noches ensayando con una compañera hasta que dominé sus mecanismos básicos. Todavía me queda mucho por aprender, pero aprendo con gusto.
A.V. Gracias, Silvia, por permitirnos pasear contigo en este mini viaje en el tiempo. Nos ha dado pie a conocer un poco más sobre ti para entrar en materia. En The Silver Bunch exploramos las tendencias, inquietudes y anhelos de los mayores de 55 años. ¿Qué significa la etiqueta silver para ti? ¿Te reconoces o te representa?
S.A.K. No me gustan las etiquetas porque restan libertad.
A.V. Según lo vemos nosotros, antes de ser silver del todo uno lo es “en construcción”. Sin embargo, no todo el mundo vive igual este proceso vital. Algunas personas son capaces de visualizarse en esta etapa, otras no. ¿Cómo percibes la mirada de las generaciones recientes hacia la tuya?
S.A.K. Debido a mi trabajo, me muevo entre jóvenes, tanto en mis cursos como en los momentos de ocio. Noto que no hacen ninguna diferencia conmigo, al menos yo no lo siento. Tal vez, el único aspecto en que noto diferencias es en mi rendimiento físico en los deportes o a la hora de bailar, que me encanta. Pero, en realidad, nunca fui de las mejores en este plano.
A.V. Impartes talleres y experiencias en torno a la narrativa literaria. Te rodeas de personas que quieren plasmar en palabras su mundo interior. Escribir como una forma de expresión vital, una manera de sanar. ¿Cómo se mueve la generación silver en este contexto?
S.A.K. Parto de que todo lo que uno escribe es autobiográfico. Y tienen el mismo deseo los jóvenes que los mayores de 55 de encontrar su propia voz. He comprobado que a cualquier edad se puede escribir sobre uno mismo o una misma. Así sea mediante relatos breves, ensayos o auto ficción, centrados en un eje, hilado por recuerdos y sensaciones, por lugares y detalles mínimos. Por lo tanto, a cualquier edad, se tiene ese puzle, que se escribe por una necesidad particular: indagar en algo que no entiendes del todo, denunciar un hecho, transmitir una creencia, mostrar un sueño realizado o un hecho traumático, entre tantas variantes, que trasladados a la página cobra un sentido que tal vez no había encontrado antes.
A.V. Vamos a mirarnos desde una perspectiva algo más práctica y mundana. ¿Cómo crees que está enfocando el mercado resolver las demandas de tu generación? ¿Hay suficiente oferta (ocio, moda, cultura, socialización, etc.) para cubrir las necesidades de los silver?
S.A.K. No conozco a fondo el mercado como para poder dar una respuesta.
A.V. Antes mencionábamos a los silver “en construcción”. Cuando tú lo eras, ¿Qué expectativas tenías respecto a esta etapa presente? ¿Haces lo que imaginabas que harías?
S.A.K. Sí.
A.V. Para finalizar te pedimos lo siguiente: déjanos una reflexión, una propuesta, un deseo o la idea de una iniciativa que tengas en mente. Será tu mensaje para otros silver.
S.A.K Una reflexión: Para vivir y para escribir no se puede ser cobarde a ninguna edad. Un deseo y una propuesta: Pienso que todos deberían escribir así sea para la creación literaria o para sí mismos y la sociedad sería más sana. Escribir ayuda a vivir mejor y a saber más de uno mismo. No es un don, como creen muchos. Hacerlo cinco minutos cada día predispone las percepciones y crea el hábito. Además, es una compañía.
Abril 2023.
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