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Me queda mucho de niño y de esa arrebatada forma de comerte la vida cuando eres joven e inexperto. Enrique Von Quin

Enrique Von Quin.  Productor e ingeniero musical, para The Silver Bunch. Por Amaia Valdemoros

A.V. Vamos a comenzar esta conversación echando una mirada a tu alrededor. Observa el presente, el aquí y el ahora. ¿Cómo es tu día a día? ¿Cómo es tu entorno y cuál es la forma en la que te desenvuelves en él? 

Mira, yo trabajo como agente de A&R (Artists and Repertoire) para varias disqueras como The Island Def Jam Music Group, Hollywood Records y Universal Music Group. Mi función principal es la de buscar nuevo talento y presentarlo a las diferentes disqueras con la intención de promover, cultivar y lanzar nuevos artistas. Todo esto se hace en varias etapas: la búsqueda de nuevos artistas a través de audiciones, búsquedas en YouTube, o yendo a diferentes funciones alrededor de Los Ángeles.

De los candidatos seleccionados, se hacen demos – grabaciones de dos a tres canciones que representan el estilo y rango de cada uno de los artistas. Después, estos demos se mandan a los ejecutivos de cada empresa para una decisión final. Una vez tomada la decisión de quién es aceptado, se graba un EP (Extended Play) de cuatro a cinco canciones para presentación al comité de aprobación para producción final.

Yo principalmente trabajo dentro de los estudios de grabación. El principio de la semana casi siempre lo dedico a oír toda la música que llega a mis manos para poder escoger a los artistas que siento tienen el potencial de poder llegar a firmar un contrato con las disqueras. Y el resto de la semana lo dedico a grabar demos o trabajar con los candidatos en proceso de grabar su primer EP.

A.V. Ahora cerremos los ojos por un momento. Queremos viajar contigo y encontrarnos con aquel Enrique que estaba estrenando la vida. El inicio de tu historia de amor con la música y tu determinación para dedicarte a ella. ¿Qué hay de ese Enrique hoy?

Uy, mi romance con la música empezó desde muy niño. Recuerdo cuando tenía cinco o seis años y había en mi recámara un tocadiscos de esos que venían en una maleta. Pequeñito y, desde luego, con una calidad de sonido horrorosa. Pero era suficiente para tocar los discos de 45 RPM con canciones como “Ruby Tuesday” de los Rolling Stones y “Eleanor Rigby” de los Beatles. Toqué esos discos hasta acabarlos… al grado que se oía más ruido que música.

También tuve la fortuna de que siempre hubo muy buena música en casa. Mi padre traía discos de todos tipos, pero principalmente de jazz y música clásica. De hecho, yo me crie con música clásica, lo cual es algo irónico.

Más adelante, mi padre compró una grabadora de cinta de carrete a carrete y me volví loco. Fue entonces cuando empecé a descubrir la magia de la edición y manipulación del sonido. Me pasaba horas grabando a mis amigos tocando el piano y agregando eco y diferentes efectos. Luego me fui a la Universidad del Sur de California a estudiar cine y grabación de sonido. Ahí, en Los Ángeles, fue donde se me abrió el cielo. En la universidad tenía todo el tiempo del mundo y los mejores aparatos para poder experimentar. Ese fue el momento determinante para mí; fue cuando supe que no quería hacer otra cosa en mi vida.

Después de mi graduación empecé a trabajar en cine haciendo efectos especiales y algunas otras cosas. De hecho, hasta hice mi debut como actor. Pero la realidad es que siempre me llamaba más el sonido. Sobre todo porque las pistas de sonido para cine son mucho más complejas que las de música.

Finalmente hice la transición a música y volví a empezar. Lo que hoy considero la mejor decisión de mi vida. 

¿Qué hay de ese Enrique de mi infancia? La misma ilusión, los mismos sueños, pero con un poquito más de experiencia. 

A.V. Regresemos poco a poco del pasado y miremos al frente, al futuro más inmediato. Todo está cambiando a la velocidad de la luz, ¿no te parece? Por eso queremos saber cómo percibes y recibes la cascada de novedades: inteligencia artificial, entornos virtuales, etc., en tu trabajo y en tu vida.

Creo y siento que estamos viviendo una época maravillosa. Tenemos el privilegio de presenciar uno de los cambios más radicales de la historia. La inteligencia artificial, que apenas está en su infancia, nos presenta un cambio de paradigma con consecuencias insospechadas. Sin tocar el tema de los posibles peligros de estas tecnologías, porque me parece que ese es tema para otra ocasión, siento que los beneficios de las IAs para la música, la ciencia y la creatividad van a ser espectaculares.

La inteligencia artificial está y seguirá tocando todos los aspectos de nuestras vidas. La velocidad de desarrollo es vertiginosa y tiende a seguir acelerándose. En el mundo de la música los beneficios pueden y van a ser muchos y muy variados.

Por ejemplo: el mezclar las diferentes pistas de sonido que componen una canción requiere de mucho tiempo de oír y corregir en un ciclo que puede durar días. Este proceso o el de afinar la voz del vocalista con autotune pueden optimizarse de una manera que minimice el tiempo necesario para lograrlo. Y estos son solo dos ejemplos muy sencillos.

Hay también un aspecto de IA que es fundamental y que terminará por ser el estándar en todos los entornos – reconocimiento de voz (Ambient computing). Esto es algo que ya se ve con los asistentes digitales como Alexa. Sin embargo, esa tecnología tiene aplicaciones mucho más específicas y complejas como la de asistir a un cirujano en un quirófano, o ayudar a un piloto en caso de emergencia. Si a estas IAs se les agrega entornos virtuales, las posibilidades son ilimitadas.

Yo veo el futuro con gran optimismo y siento que la próxima década será un viaje astral para todos.

 A.V. Después de este pequeño paseo por el tiempo te conocemos un poquito más. Así que vamos a centrarnos en el momento presente de nuevo. En The Silver Bunch exploramos las tendencias, inquietudes y anhelos de los mayores de 55 años. ¿Para ti tiene algún significado ser silver? ¿Te reconoces dentro de ese colectivo, te sientes representado? 

¡Creo que soy una mucho mejor persona de lo que era hace 20 o 30 años, ya no digamos 40! Lo digo con sentido del humor porque me ha costado mucho llegar a este punto en mi vida. Estas arrugas y algunas canas traen consigo muchos años de introspección y autoanálisis. Si, claro que me siento Silver, pero con cierta ambivalencia porque también me queda mucho de niño y de esa arrebatada forma de comerte la vida cuando eres joven e inexperto.

Me veo representado, pero no exclusivamente. Es decir, no me cuesta trabajo integrarme a ningún grupo porque mi intención siempre es la de incorporarme de una manera empática. Comparto los sentimientos del Silver Bunch como los de los jovencitos que sueñan con lanzar un disco y oírse en la radio. Probablemente es porque la mayoría de la gente con la que trabajo son muy jóvenes.

A.V. Según lo vemos desde este proyecto, podemos decir que antes de ser silver uno lo es “en construcción”. Se trata de un proceso vital que no todo el mundo experimenta de la misma forma. Nos encontramos con personas que ya se visualizaban en esta etapa, otras no. Vives y trabajas con muchas personas jóvenes. ¿Cómo es la mirada que dirigen las generaciones más recientes hacia la tuya?

Creo que yo estoy en ambos lados de la cerca. Soy silver, pero también sigo siendo silver en construcción porque es una etapa que no termina hasta el final. De alguna manera seguimos madurando y creciendo como silvers, ¿no?

Yo siento que las generaciones jóvenes de hoy en día son más accesibles que la mía cuando teníamos esa edad. Los jóvenes actuales tienen una percepción más aguda, real y compasiva del mundo, creo yo. Veo un entendimiento de su lugar en el mundo más claro del que tenía yo, y por consecuencia, su actitud hacia mí es más madura y coherente.

Como mencioné anteriormente, trabajo con mucha gente joven. De hecho, la mayoría están entre los 18 y los 30 años. Entonces me mantienen joven y eternamente me recuerdan una frase que decía Clint Eastwood, “Don’t let the old man in” (No dejes entrar al viejo).

En realidad, no veo una gran barrera generacional. La cual sí era muy palpable cuando yo tenía esa edad.

A.V. Vives por y para la música. Estás rodeado de ella y el trasiego de artistas, experiencias y vivencias es constante e intenso. Me imagino que es un mundo competitivo y exigente, donde hay que encontrar el equilibrio entre la razón y la emoción para que los proyectos salgan adelante. ¿Cómo se mueve la generación silver en este ámbito profesional?

Tienes razón. Es un mundo muy competitivo y el equilibrio es a veces muy difícil porque principalmente hay dos mundos que siempre están en contrapunto: el artístico y el financiero. Los ejecutivos no ven más que números y nosotros nada más vemos notas y oímos resultados. El balance es crítico y difícil de alcanzar.

Aquí es donde la generación silver marca la diferencia. Nosotros somos los que intervenimos para que los jóvenes no solo puedan soñar, sino realizar sus proyectos. La producción, ingeniería de sonido y dirección recae sobre nosotros. Las negociaciones para poder extender, modificar o alterar la producción siempre está en manos de la experiencia.

La música y el cine son industrias donde realmente aprecian la experiencia y sabiduría de la generación silver. Simplemente porque no hay nada con que reemplazar esos años de experiencia.

A.V. Enfocándonos más en el día a día y desde tu punto de vista. ¿Crees que el mercado resuelve las demandas de tu generación? Nos referimos a la oferta existente de ocio, moda, socialización, cultura, etc. ¿Se cubren las necesidades de los silver? ¿Echas algo en falta?

Creo que los recursos y mercados existen y las oportunidades son accesibles, pero hay un gran abismo tecnológico para muchos silver. A veces por miedo, y en ocasiones por apatía o falta de conocimientos. Es de vital importancia integrar a muchos de la generación silver a las tecnologías actuales que facilitan el uso y acceso de los recursos actuales. Esto comprende una gama de temas muy importantes: música, viajes, lectura, moda, comercio de todo tipo, cine, teatro, contacto con seres queridos, etc.  

Yo en lo personal no tengo problema para moverme en el mundo digital, pero sé que es un problema para muchos silver que debe atenderse urgentemente

A.V. Antes mencionábamos a los silver “en construcción”. Dinos, cuando tú lo eras, ¿Qué expectativas tenías respecto a esta etapa presente? ¿Estás haciendo y viviendo hoy lo que imaginabas?

Creo que conscientemente me di cuenta de mi entrada a esta etapa alrededor de los 40. Y como mencioné anteriormente, soy un silver que sigue en construcción porque no me imagino haber llegado a este punto y darme por graduado. El proceso sigue hasta el final.

La verdad es que nunca me imaginé ser silver. Me parecía algo muy lejano, y por lo mismo, nunca me lo imaginé de ninguna manera. ¡De repente y sin darme cuenta aquí estoy!

Estoy viviendo y haciendo una mejor versión de lo que me imaginaba estar haciendo a los 40 o 50. He disfrutado el trayecto hasta este momento y me ha sentado bien. 

A.V. En The Silver Bunch creemos que la transferencia de conocimiento entre generaciones es vital e intentamos explorar nuevas vías. Innovar, crear y propiciar escenarios para facilitar esa comunicación bidireccional es necesario para que todos se enriquezcan de aprendizajes. ¿Nos explicas cómo sería para ti el contexto ideal para que esa transferencia de conocimiento sea posible?

Una vez más, este momento nos presenta la situación ideal. Nuestra generación, los silvers, tenemos la experiencia y muchos años de vida recorrida para ayudar a dirigir y contribuir a la formación de un nuevo mundo tecnológico. A la vez, los jóvenes tienen ese saber cibernético con el que han crecido que muchos de nosotros necesitamos para poder seguir a la par y así crear un mundo integral y de todos. Qué mejor oportunidad para una simbiosis entre generaciones que resultaría revolucionaria. Se me viene a la cabeza una marca de ropa que surgió en los años setenta, FUBU. La idea central de la marca, creada por jóvenes afro-americanos, era ropa hecha por ellos y para ellos (For us by us). Pues de la manera contraria, podemos crear un mundo de todos y para todos: FABA (For all by all). ¿No crees?

A.V. Para terminar nos encantaría que nos dejases un mensaje, una reflexión, idea de proyecto o propuesta lanzada al aire para otros silver. ¿Te animas? 

Creo que una buena iniciativa sería la de invitar a todos los silver a integrarse a esta revolución digital que estamos viviendo. Es de verdad una época muy emocionante y con grandes oportunidades para todos, jóvenes y los que ya no lo somos tanto.

Hay ya varias plataformas de inteligencia artificial disponibles para el uso público. Los invito a explorarlas. Algunas crean imágenes nunca vistas, otras ayudan al aprendizaje de idiomas, también son útiles para aclaración de dudas con mucha mejor y más afinada definición que Google u otras máquinas de búsqueda.

Utilícenlas para pintar, escribir, hacer música, aprender otro idioma… Las posibilidades son infinitas. A continuación, dejo los enlaces de algunas de ellas para que las puedan visitar:

DALLE – E2. Plataforma para la creación de imágenes.

https://openai.com/product/dall-e-2

Craiyon. Plataforma para la generación de imágenes gratuita.

https://www.craiyon.com/

Midjourney. ¡Más imágenes!

https://docs.midjourney.com/v1/en

ChatGPT. Plataforma para consultas.

https://openai.com/

Sigamos adelante sin olvidarnos de lo que dijo Clint Eastwood, “Don’t let the old man in”.

Gracias, Amaia, ¡ha sido un placer!

 Mayo 2023.

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