Andreu Martín. escritor y guionista, para The Silver Bunch, por Amaia Valdemoros
A.V. En alguna ocasión has dicho que escribir es un juego. Un juego intelectual. Cuéntanos cómo vives ese juego a día de hoy, desde la perspectiva de tu etapa silver, con tantas palabras acumuladas a lo largo de los años.
A.M. Lo vivo como el primer día, con ese principio de carcajada de gozo en la garganta. Soy el niño que andaba gateando por el pasillo de casa, jugando con los soldaditos de goma, montándoles decorados para destruir en alborozadas peleas y estableciendo cuál era el bueno y cuál era el malo, y qué trampas tendía uno y cómo se escabullía el otro, siempre basándome en guiones de los libros y tebeos que leía.
A.V. Imagina ahora que llaman a la puerta. Es Andreu Martín, comienza su andadura literaria con ilusión y no sé si con algo de incertidumbre. Charláis sobre el oficio, pero sobre todo de la vida. ¿Qué le diría el Andreu que eres hoy?
A.M. Que va a ser duro y que la dependencia del dinero lo va a hacer más duro aún, pero que también será muy divertido, y creativo, apasionante, embriagador, y que va a merecer la pena.
A.V. Ahora vámonos al futuro. Al más inmediato, porque dicen que el futuro es ya. Metaverso, inteligencia artificial, avatares y simuladores inmersivos… ¿Te ves dentro o te lo miras con recelo?
A.M. Lo miro con recelo. No me gusta la comunicación que se establece a través de los terminales y de las redes. Le comunico a Rosamaría algún mensaje para algún amigo, y la oigo transformarlo en mensaje de voz y me horroriza la frialdad del resultado, la inhumanidad de la distancia. Soy de esos viejos que piensan que sus tiempos han sido sus tiempos que los nuevos tiempos sólo son buenos para que continúen rodando sin mí.
A.V. Este viaje que nos ha traído hasta este momento, hasta esta entrevista. Sabes que en ella queremos hablar de la generación silver. ¿Qué significa esta etiqueta para ti?
A.M. La verdad es que no mucho. Rectifico: Nada.
A.V. ¿Cómo crees que ve la sociedad a la generación silver?
A.M. Si la generación silver somos los viejos, me parece que hemos perdido casi todos los privilegios, excepto, tal vez, el de que nos cedan el asiento en el metro. La verdad es que ahora me siento más sabio que en toda mi vida, y tengo la suerte de tener mis novelas para transmitir lo que pienso. Pero me da la impresión de que las nuevas generaciones son impermeables a mis opiniones. Primero porque me expreso escribiendo y cada vez hay menos lectores, y segundo porque los lectores cada vez son más literales, hacen menos interpretaciones. Eso no me desanima, pero me lleva a prescindir de ellos como siento que ellos prescinden de mí.
A.V. Y como consumidor, ¿Sientes que se está atendiendo a este colectivo a nivel de mercado? ¿Echas algo de menos?
A.M. ¿A nivel de mercado? No: me parece que puedo encontrar de todo, cualquier cosa, si salgo a la calle con dinero.
A.V. Vamos con tu visión más personal. ¿Estás viviendo esta etapa tal y cómo la imaginabas? Si no es así, comparte esos ingredientes que introducirías.
A.M. No sé si nunca imaginé mucho lo que me iba a encontrar. En muchos sentidos, la vida me ha sorprendido, para bien o para mal. El éxito literario que un día alcancé fue una gran sorpresa: yo no había sido preparado para él. Las contrariedades familiares que ensombrecen mis días tampoco podía imaginarlas. No era cuestión de imaginación, era cuestión de ilusiones: me había hecho ilusiones de que mi vida sería parecida a las vidas de los amigos de mi misma edad y ha resultado que no. ¿Mala suerte? Bueno, no sé. Ahora, ¿aquel éxito tan embriagador se esfuma y da paso a la marginación? Bueno, habrá que pensar que así son las cosas.
A.V. De alguna manera todos somos silvers en construcción a lo largo de nuestra vida. Hay personas que se lo plantean en algún momento, a otras esta etapa vital les pilla “por sorpresa”. ¿Cuál es tu caso?
A.M. Como he dicho, creo que me he visto sorprendido en muchos aspectos. Tanto en lo bueno como en lo malo.
A.V. En The Silver Bunch estamos convencidos de que la transferencia de conocimientos en la etapa plateada es todavía un diamante en bruto. ¿Cuál sería tu contexto ideal de trasvase intelectual (y vital) entre generaciones?
A.M. Mi contexto ideal sería uno en que no me encuentro y, por tanto, tendría que copiarlo de vidas ajenas o habría que basarlo en ilusiones, que son humo. A lo lejos, veo jóvenes con los que probablemente podría entenderme, o de los que podría aprender y a los que podría enseñar, si se dejaran, pero están muy lejos, fuera del alcance de mi mano.
A.V. Por último, lanza al aire una propuesta silver. Un proyecto, idea o pensamiento de un silver para otros silver.
A.M. No puedo. A ver: yo me he creado un micromundo de caprichos personales, en el que vivo muy feliz. No puedo aconsejar a los silver (sean quienes sean) que se creen micromundos, porque eso da lugar a aislamiento y nos priva de un proyecto en común. Tampoco puedo abrir mi micromundo a otros porque difícilmente lo encontrarían tan divertido y creativo como yo y me lo echarían a perder. Así que no sé qué decir.
Fotografía: Felicitat. Andreu Martin
Febrero 2023
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